Poetas Gabriela Yocco -Raquel G.Fernandez--Gabriela Rivero
Gabriela Yocco
cuando dejo de ser puntualmente yo
dejo de ser / este apretado conjunto de signos y miserias
mis muertes y mis muertos mis sucesivas migrañas
dejo de ser el límite en la piel / en las manos o
en el vuelo del pelo a veces
cuando dejo de ser yo en el hueco de mis contradicciones
en el coraje absurdo del amor y en ese pájaro gris que agita las despedidas
o el dedo que como bisturí ciego recorre la herida porque el dolor tiene
a veces
una belleza póstuma
cuando dejo de ser y cae el miedo como antorcha inútil
y el cuerpo es música sobre baldosas rojas el cuerpo es esa sílaba tendida entre dos
en ese momento de ausencia de mí / de ser vasija y barro
primigenia
aparece el poema / me hace suya como a una virgen de Nínive
pronuncia el nombre secreto
me pone contra el sol
me nace
Raquel G.Fernandez
HECHO DE LUZ
Multiplicada en mí
la boca
es un hecho de luz.
El beso rememora
el verde habitual de los parques.
Un pájaro se confunde
con el viento
(desplaza el horizonte).
Entusiasta del cielo
el hombre
(sin grandes ceremonias)
me toma y me devora.
La boca relumbra.
Gabriela Rivero
Nuevos tiempos
cuando dejo de ser yo en el hueco de mis contradicciones
en el coraje absurdo del amor y en ese pájaro gris que agita las despedidas
o el dedo que como bisturí ciego recorre la herida porque el dolor tiene
a veces
una belleza póstuma
cuando dejo de ser y cae el miedo como antorcha inútil
y el cuerpo es música sobre baldosas rojas el cuerpo es esa sílaba tendida entre dos
en ese momento de ausencia de mí / de ser vasija y barro
primigenia
aparece el poema / me hace suya como a una virgen de Nínive
pronuncia el nombre secreto
me pone contra el sol
me nace
Raquel G.Fernandez
HECHO DE LUZ
Multiplicada en mí
la boca
es un hecho de luz.
El beso rememora
el verde habitual de los parques.
Un pájaro se confunde
con el viento
(desplaza el horizonte).
Entusiasta del cielo
el hombre
(sin grandes ceremonias)
me toma y me devora.
La boca relumbra.
Gabriela Rivero
Nuevos tiempos
acá en éste cuadro
pasan los años volando
se escucha el silencio
de la casa de al lado
el agua corre
en intento religioso
por la calle avanza el carnaval
y vuelven a aparecer los “botelleros”
como siempre
repletos de corazones rotos
aunque las palomas nos vendan felicidad
cuando pasan a cagarnos la cabeza.
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